Alejandro de Humboldt y el giro digital: desafíos para la edición de manuscritos históricos

Tobias Kraft

Berlin-Brandenburgische Akademie der Wissenschaften, Alemania

kraft@bbaw.de

Resumen: Hablar de Alejandro de Humboldt en América Latina es hablar sobre todo del viaje americano que Humboldt emprendió en las Américas entre los años 1799-1804. El resultado científico de este viaje lo constituyen los veintinueve tomos de su obra Voyage aux régions équinoxiales du Nouveau Continent (París 1805-1838). El núcleo de esta obra vasta se encuentra en los manuscritos que hoy conocemos como los diarios del viaje americano. El análisis de los diarios de viaje se encuentra hoy en un momento histórico y crucial. Junto con un proyecto de investigación entre la Universidad de Potsdam y la Biblioteca Estatal de Berlín para el estudio de la conservación, digitalización, investigación y análisis académico de esta documentación histórica (desde 2014) existe ahora (desde 2015) un proyecto de larga duración en la Academia de Ciencias y Humanidades de Berlín-Brandenburgo, con el fin de editar no solo los diarios de viaje americano sino todos los manuscritos de viaje que de Humboldt tenemos en su legado literario en los archivos de Berlín y Cracovia. La edición se proyecta como híbrida, es decir, tanto digital como impresa. Editar un corpus tan complejo como éste constituye hoy un gran reto para la filología de edición. A la vez, representa una gran oportunidad, puesto que acontece en medio de una era que ya bien se conoce como el giro digital. Por efecto de ello, el libro impreso y la edición digital están en un proceso de diversificación mediática. El resultado de esta diversificación no está definido aún y depende en gran medida del trabajo de la actual generación de filólogos de edición.

Palabras clave: Alejandro de Humboldt, humanidades digitales, filología de edición.

Alexander von Humboldt and the Digital Turn: Challenges

in the Editing of Historical Manuscripts

Abstract: In Latin America, Alexander von Humboldt is a household name. This is mostly due to the grand scientific voyage through the Americas that Humboldt undertook in the years 1799-1804. The 29 volumes of his work Voyage aux régions équinoxiales du Nouveau Continent (Paris 1805-1838) are the scientific output of these famous travels. The manuscripts we know today as Humboldt’s American Travel Diaries are at the core of this extensive opus. Today, we find ourselves in a crucial moment for the research of Humboldt’s Diaries. Since 2014, there has been a joint research project between the University of Potsdam and the Berlin State Library, focusing on conservation, digitization, research and scholarly analysis of these historic documents. Since 2015, there also is a long-term research project at the Berlin-Brandenburg Academy of Sciences and Humanities, dedicated to the scholarly edition of both the Humboldt Travel Diaries and all manuscripts related to his travels that can be found in his literary legacy in the archives of Berlin and Cracow. The scholarly edition will be hybrid, that is, both in print and digital form. Editing such a complex corpus of texts poses a challenge but, at the same time, gives us an opportunity to meet the expectations of the digital era. To conceptualize a hybrid edition means to understand that we are currently in the midst of a media diversification between the printed book and digital scholarly editions. The results of this diversification are still not clearly defined and largely depend on the work of a current generation of scholarly editors.

 

Keywords: Alexander von Humboldt, digital humanities, editing philology.

La obra americana y los diarios de viaje

Hablar de Alejandro de Humboldt en América Latina es hablar, sobre todo, del viaje americano que Humboldt emprendió en las Américas entre los años 1799-1804. Es hablar del fuerte impacto que sus obras americanas tuvieron en las colonias hispanoamericanas y futuras naciones independientes: desde los ensayos políticos sobre el reino de la Nueva España y la isla de Cuba hasta su magnífica obra Vues des Cordillères sobre los paisajes naturales americanos y las culturas precolombinas; desde el famoso pero inacabado relato de viaje Relation historique hasta el Examen critique sobre la historia de los descubrimientos europeos en el Nuevo Mundo en los tiempos de Colón; desde su obra sobre la geografía de las plantas hasta los múltiples tomos sobre la botánica y zoología de las zonas tropicales del “Nuevo Continente”; desde sus dos atlas de cartografía americana hasta sus esquicios pasigráficos, elaborados por primera vez en la Ciudad de México, para el uso de los estudiantes del Colegio de Minería.

El conjunto de estas obras se conoce como Voyage aux régions équinoxiales du Nouveau Continent y representa una obra de magnitud récord. Entre los años 1805 y 1838 se publican veintinueve tomos originales con varios suplementos en cuatro idiomas (francés, alemán, latín y español). Se imprimen 11.268 páginas y 1.437 láminas gráficas, emitidos por un total de siete casas editoriales1. Todavía en tiempos de vida de Humboldt se editan innumerables reediciones de sus textos americanos junto con traducciones al español, inglés, alemán, italiano, holandés, danés y sueco, más ediciones en polaco, ruso y checo de forma póstuma (Fiedler y Leitner 70-339).

A nivel cualitativo, la obra americana de Alejandro de Humboldt representa importantes puntos de culminación en el desarrollo de las ciencias naturales y culturales de la Europa decimonónica. En cuanto a su recepción internacional, la sucesiva aparición del Voyage constituye tanto en su argumento como en su impacto un acontecimiento clave en la relación política de las ciencias con la sociedad entre los continentes de Europa y América.

El núcleo de esta obra vasta lo constituyen los manuscritos que hoy conocemos como los diarios del viaje americano de Alejandro de Humboldt. Son el referente central para comprender la génesis de la obra americana. Son, a la vez, un documento que no es resultado de un viaje de cinco años sino un cuerpo de manuscritos que fueron redactados, ampliados, corregidos y reagrupados a lo largo de seis décadas. Los manuscritos se encuentran en constante redacción desde las primeras entradas, que resultan de viajes preparativos, anteriores al embarque a las Américas desde el puerto de La Coruña, hasta las últimas añadiduras en los años cincuenta, década en la que Humboldt por fin decide encuadernar sus tantos fascículos, folios y notas para darles la forma en la que los conocemos hoy: nueve tomos de manuscritos, encubiertos por gruesas mantas rojas de piel de cerdo (figura 1).

Figura 1. Los diarios del viaje americano. Fuente: Staatsbibliothek zu Berlin-PK, Nachl. Alexander von Humboldt (Tagebücher). Foto: Carola Seifert

Esa redacción continua le da a los diarios un carácter de testimonio de viaje no solo a través de las regiones equinocciales del nuevo continente, sino a través de la vida científica de Humboldt. Son, como bien ha dicho Ottmar Ette, un proyecto científico móvil que desde los trópicos se transformó en un “proyecto de vida” (“Wissen aus der Bewegung” 20).

humboldt.ART y AvH-R

El análisis de los diarios de viaje se encuentra hoy en un momento histórico crucial. La compra de los documentos, efectuada en 2013 por un total de 12 millones de euros, ya da una clara indicación del valor que en Alemania se le atribuye a esta herencia de la cultura intelectual alemana y europea. Y bien se puede decir que la transferencia de una cantidad tan alta a la cuenta de los herederos de Humboldt, la familia von Heinz en Berlín, fue resultado de un esfuerzo colectivo, tanto personal como institucional. Demuestra el valor simbólico que se le atribuye a estos documentos, aptos para transformarse en patrimonio cultural de la nación, aparte de su valor monetario2.

En directa relación con la compra, el Ministerio Federal de Educación e Investigación de Alemania financió un programa de investigación y digitalización (2014-2017) bajo el liderazgo de Ottmar Ette, profesor de literatura románica y comparada de la Universidad de Potsdam, y la Biblioteca Estatal de Berlín, en el cual participan un total de nueve investigadores y bibliotecarios3. El programa, titulado “Los diarios del viaje americano de Alejandro de Humboldt”, contiene dos ejes: a) el proyecto de investigación “humboldt.ART”, que abarca un vasto panorama de análisis (epistemología, historia de las ideas, estudios visuales, estética, geografía y letras); y b) la conservación y digitalización de los diarios de viaje en conjunto con el amplio legado literario de Humboldt que se encuentra tanto en la Biblioteca Estatal de Berlín como en la Biblioteca Jagellonica de Cracovia (figura 2).

Figura 2. Acceso a una de las catorce cajas del legado literario de Humboldt, archivado en la Staatsbibliothek zu Berlin-PK. Las cajas que aquí se presentan están en proceso de digitalización e incorporación a la base de datos Kalliope (http://kalliope.staatsbibliothek-berlin.de), proyecto que culminará a finales de 2016 (captura de pantalla)

En 2014, un año después de la compra y el mismo año en que se dio inicio a los proyectos mencionados, el consejo de la Unión de las Academias de las Ciencias y Humanidades de Alemania aprobó el financiamiento de un proyecto de edición con una duración de dieciocho años, cuya meta es editar todos los manuscritos de viaje de Humboldt de forma híbrida, es decir, tanto en edición impresa como digital. El proyecto –iniciado en enero de 2015 con un equipo de cinco investigadores– se titula “Ciencia en movimiento” (AvH-R) y se sitúa en el Centro Alejandro de Humboldt de la Academia de las Ciencias y Humanidades de Berlín-Brandemburgo (director de investigación: Ottmar Ette)4. El corpus de esta edición proyectada incluye tanto los prominentes diarios del viaje americano como los diarios del viaje ruso-sibérico. Humboldt emprendió este segundo gran viaje hemisférico treinta años más tarde, en 1829, y dio como resultado su obra Asie Centrale. Aparte de los diarios, el corpus de la edición incluye una amplia selección de manuscritos, cartas y documentos procedentes del legado de Humboldt, que serán editados y publicados de acuerdo a varios ejes temáticos y como suplemento a los dos corpus centrales de los diarios de viaje.

La (a)ventura y el doble reto

La combinación de compra, conservación, digitalización, investigación y edición con financiamiento asegurado y respaldo por parte de varias instituciones académicas en el espacio común de Berlín y Brandemburgo es nada menos que una (a)ventura para los estudios humboldtianos. Es, a la vez, un gran reto. El carácter de los diarios del viaje americano nos servirá como ejemplo. Su producción se extiende –como ya se comentó– por más de cinco décadas, sus temas abarcan amplias áreas del saber, sus textos están escritos en varios idiomas –cambiando a menudo entre párrafos, frases y palabras–, con varias tintas y a veces alternante autoría (Humboldt no es el único que deja su marca en los diarios). Los diarios contienen relatos, panfletos, listas, mensuras, largas reflexiones y brevísimos esbozos, fragmentos dispersos y referencias textuales tanto internas como externas; contienen cartas, documentos, bocetos de paisajes, animales y montañas, itinerarios de ríos y mapas enteros. Contienen manchas del Orinoco, colores de las tintas y recortes de papel. Son, en resumen, un documento complejo tanto en su contenido como en su materialidad y aspecto visual.

Pero el reto también es otro, ya que el conjunto de estos proyectos no solo marca un nuevo capítulo en la recepción y la investigación contemporáneas y futuras sobre Alejandro de Humboldt, sino que acontece en medio de una era que ya bien se conoce como el giro digital. Este giro, otro bien común, no solo se vive en nuestras sociedades en general, en los usos, costumbres y prácticas sociales de las culturas digitales a nivel global, sino también y muy específicamente en el área de las humanidades. Es resultado de una historia de prácticas digitales que tiene sus raíces en el famoso index verborum del padre Busa en el año 1949 (Hockey) y que desde el nuevo milenio vive un proceso de institucionalización, profesionalización y estandarización, sobre todo en las instituciones académicas del mundo anglosajón y de Europa, pero también –y con mayor énfasis a través de múltiples actores y en múltiples niveles– en América Latina y el mundo hispanohablante5.

Filología de edición en tiempos digitales

Bajo el lema de las humanidades digitales, la era digital propulsa un proceso que está cambiando profundamente las tradicionales prácticas, convenciones, modos de trabajar y modos de preparar futuras lecturas en el marco de una edición académica. Desde los ensayos de Jerome McGann, este proceso se encuentra en una suerte de lucha continua entre un acelerado desarrollo de ideas, métodos y tecnologías, por un lado, y un debate polémico acerca del porvenir de la así llamada “filología de edición” [Editionsphilologie], por el otro (Price; Robinson, SDSE 2013 y Where we are).

Desde hace algunos años existen, eso sí, varias iniciativas que permiten calibrar el estado actual de esta suerte de lucha:

Aun así, emprender un proyecto de larga duración con la meta de editar textos de manera híbrida constituye una reflexión que no se agota solo en la referencia a los discursos, prácticas y normas existentes. Tanto el debate académico como el mismo reto de editar a la altura de los hechos siguen vigentes y vitales. Tan vitales, por cierto, como lo es el mismo proceso de avance tecnológico y cultural que estamos viviendo cada día a través de los múltiples dispositivos que activamos para liarnos –todos los días a todas las horas– en el mundo digital.

En otras palabras: la “Galaxia Turing” (Coy) está aún en un proceso de evolución, entrando ahora en una fase decisiva. Con el “patrimonio tipográfico” (Sahle) sobre nuestros hombros, ya no nos preguntamos si estamos frente a un cambio de paradigma que la era digital impone a nuestra realidad. Ahora nos preguntamos hasta dónde llega el cambio, qué es lo paradigmático del proceso (y qué no es) y a qué clase de cultura textual nos lleva el giro digital. Así nos enfrentamos con una amplia lista de prácticas cambiantes (viejas, nuevas, obligatorias y opcionales), cuyas correlaciones con la tarea de edición están aún a disposición y en debate.

Editar significa contribuir a nuestro patrimonio cultural con ediciones críticas de textos cruciales. Pero también significa dedicarse a la compleja tarea de ampliar la base de nuestra cultura textual. Sus líneas de cruce con los desafíos del giro digital serán el tema de las siguientes y finales reflexiones.

Tradiciones filológicas: identificación - edición - comentario

El complejo proceso de preparar ediciones críticas tradicionalmente consistía en asegurar la calidad del texto original –un epistolario, un manuscrito de viaje, un documento publicado– y enriquecer este texto asegurado con un comentario, respaldado por la autoridad del editor y especialista. El centro de atención lo constituía un texto preparado: el texto destinado a ser leído e incorporado en futuros estudios. Es, como lo resume Hans-Ulrich Gumbrecht, la tríada de identificación, edición y comentario de textos históricos.

La selección de los textos incorporados en una edición identifica los anhelos de saber del presente y participa en la construcción de un canon dinámico de nuestro patrimonio. Editar, entonces, presupone la conciencia de configurar activamente la imagen que el lector contemporáneo puede tener de un autor, de una obra o de un tiempo. El comentario, al fin y al cabo, marca la distancia y el grado de transposición entre el texto histórico y el lector presente (o futuro). En él se articula la conciencia doble del presente propio en relación con el pasado específico del texto editado. Comentar, entonces, es hablar tanto desde allí como hasta aquí. En este ir y venir entre pasado y presente, la filología es desde siempre productora y creadora de una cultura de tradiciones textuales. De ello se deriva una competencia filológica que se puede entender como “conciencia de la diferencia histórica entre diferentes periodos y culturas en la historia” (Gumbrecht 12).

En el caso del legado de Humboldt, esta conciencia se caracteriza por una tensión entre la distancia de nuestro Lebenswelt tanto cotidiano como epistémico, por un lado, y una contemporaneidad entre los tiempos humboldtianos y los nuestros, por el otro lado. Los estudios académicos y los esfuerzos editoriales acerca de la obra de Alejandro de Humboldt han operado en esta tensión (productiva, por cierto) una y otra vez (cf. Beck/Schoenwaldt; Ette, “Alexander von Humboldt: Perspektiven” y “Alexander von Humboldt heute”; Kossok; Rupke).

También el ya mencionado proyecto de larga duración “Ciencia en movimiento” (AvH-R) se enfrenta a esta tensión y tarea editorial básica. Al momento de facilitar de nuevo el acceso a (esta parte central de) la obra, contamos y construimos la imagen autorial de un tiempo dado, de nuestro tiempo. De esta forma, abrimos la reflexión frente a las proyecciones y a la importancia histórica, cultural y epistemológica que le queremos atribuir a la persona y obra de Humboldt. Si por efecto de este trabajo editorial nos encontramos con una instancia autorial fuerte, ello depende no solo de nuestras decisiones (de fijación e interpretación), sino también de una pregunta más básica: ¿cómo es que queremos disponer de los materiales, de los objetos mismos de su legado? Una pregunta, por cierto, que se plantea con mayor énfasis en el contexto digital.

Es justo en el énfasis sobre estas inquietudes iniciales que nos damos cuenta de un punto crucial: quizá, el giro digital no marca una crisis, sino –por lo menos en el campo de la edición filológica– al contrario, un nuevo florecimiento de una de las ramas más tradicionales de la cultura humanista. La identificación, edición y contextualización de textos históricos por fin encuentra su medio de expresión adecuado, su lugar de preferencia. Porque, como bien ha dicho Jerome McGann, un libro impreso nunca es el mejor lugar para el estudio de otro libro impreso. Al contrario: el libro siempre ha sido un medio limitador para las exigencias de una edición crítica. A la vez (y por lo mismo), las ediciones críticas han empujado las posibilidades formales del libro a sus puntos extremos.

We no longer have to use books to analyze and study other books or texts. That simple fact carries immense, even catastrophic, significance. Until now the book or codex form has been one of our most powerful tools for developing, storing, and disseminating information. In literary studies, the book has evolved (over many centuries) a set of scientific engines –specific kinds of books and discursive genres– of great power and complexity. Critical and other scholarly editions of our cultural inheritance are among the most distinguished achievements of our profession (McGann 55).

El nuevo paradigma del giro digital crea, por ende, un modo de expresión en el cual la edición crítica se permita expresar de forma deliberada:

When we use books to study books, or hard copy texts to analyze other hard copy texts, the scale of the tools seriously limits the possible results. (…) electronic tools in literary studies don’t simply provide a new point of view on the materials, they lift one’s general level of attention to a higher order (McGann 55).

Esta nueva atención de segundo orden empieza con las prácticas mismas de edición digital.

Digitalizar (no) es editar

En el contexto del proyecto de digitalización de la Staatsbibliothek zu Berlin, los diarios de viaje de Humboldt fueron digitalizados con gran cuidado técnico y calidad visual en el Centro de Conservación y Digitalización de la misma institución. Con ello, tenemos por primera vez una clara comprensión de la magnitud y extensión de los diarios, también de su materialidad en cuanto se nos presenta en su aparición digital (figuras 3 y 4).

Figura 3. Vista “mosaico” del tomo V de los diarios del viaje americano. Fuente: Staatsbibliothek zu Berlin-PK, Nachl. Alexander von Humboldt (Tagebücher), captura de pantalla

Figura 4. Vista “zoom” de la portada del tomo V de los diarios del viaje americano. Fuente: Staatsbibliothek zu Berlin-PK, Nachl. Alexander von Humboldt (Tagebücher), captura de pantalla

Naturalmente, la digitalización en sí no constituye una edición. Lo que logra es facilitar el acceso irrestricto a los documentos desde cualquier conexión a internet. Pero también implica por lo menos una noción editorial, ya que lo que se nos presenta es más bien el documento, el objeto “diario de viaje”, creando el efecto contrario a ediciones impresas, cuya importancia siempre –tanto por restricciones de espacio y financiamiento como por nuestra tradición letrada– reside en el texto.

Uno de los retos de la futura edición digital dentro del proyecto AvH-R será unir y correlacionar la materialidad del objeto con la textualidad del documento. Para ello, permitir que la dinámica textual –visible en cada página– no se pierda frente a la fijación del documento, hoja por hoja, recorte por recorte; y lograr, a la vez, que el impacto visual del objeto, su aura, pero también los detalles de sus grabados, de la escritura humboldtiana, de la calidad del papel, del orden (y del caos) de apartados textuales dispersos sean comprensibles y queden directamente ligados con el texto. Esto no es tarea fácil y hay numerosos ejemplos de ediciones digitales que enfrentan este reto con menor y mayor éxito6. El objetivo principal debe ser juntar objeto y texto sin comprometer la calidad filológica ni reducir la dimensión visual, ya que esta –y más en manuscritos– incluye y transporta sus propia semántica. No es poco estudiar un manuscrito que ha servido para apuntar, documentar e impulsar las ideas de un sabio sobre la base de su “Icono-grafía, cali-grafía, auto-grafía” (Ette). La actual y todavía experimental edición en línea Opus postumum de Immanuel Kant, editada por la Berlin-Brandenburgische Akademie der Wissenschaften, da una buena idea de cómo puede ser esta lectura conjunta (figura 5).

Figura 5. Fragmentos de la “Introducción” de los esbozos para el Übergang von den metaphysischen Anfangsgründen der Naturwissenschaft zur Physik de Kant. Fuente: Berlin-Brandenburgische Akademie der Wissenschaften, Akademienvorhaben Neuedition, Revision und Abschluss der Werke Immanuel Kants, captura de pantalla

Para el futuro de las ediciones impresas, el desarrollo irreversible hacia una cultura editorial exclusivamente digital significa cambios profundos. Cada vez menos casas editoriales se quieren responsabilizar de la tarea de editar exclusivamente en papel. Cada vez menos financiamiento público permite la vía análoga como única opción editorial. Frente a estos cambios profundos, la respuesta más coherente es entender que las vías de lectura –y con ello el futuro del libro– se están bifurcando; es entender que este proceso no es el inicio del precipicio sino un momento de diversificación productiva. Esto quiere decir: lo que podemos esperar y lo que deberíamos fortalecer ahora y para el futuro son proyectos híbridos que opten por una estrategia nueva, en la cual se aprovechen las ventajas de cada medio. Las ediciones digitales serán entonces el lugar de investigación, herramientas de uso múltiple, de data and text mining, del “distant reading” (Moretti) y de estudio meticuloso de detalles visuales, de archivo y referencia. Las ediciones impresas, por el contrario, serán el lugar de lectura lenta, de enfoque y clausura, de duración. También serán el lugar de una estética específica y de una materialidad de segundo orden: la del libro mismo.

El archivo y el desarrollo

La duración del libro se opone a la fluidez (potencial) de la publicación digital. A la vez, estamos frente a nuevas prácticas y tecnologías que a su vez requieren de conceptos e instituciones de larga duración. Archivar lo digital es tanto una necesidad básica como un problema sin solución clara por el momento. Por lo menos en el contexto alemán, las actuales discusiones muestran que las bibliotecas públicas no pueden –por lo menos no en su forma actual– transformarse en estos nuevos archivos sin pasar antes por profundos cambios estructurales. También es evidente que la actual y futura tarea de conservar nuestro patrimonio digital implica(rá) grandes inversiones públicas si queremos mantener una visión de archivo en el cual dejemos las cosas que queremos guardar.

Pero hay otro reto, cuya raíz se opone a la idea del archivo como lugar de conservación. Este reto es resultado del continuo proceso de desarrollo tecnológico en que nos encontramos desde la digitalización de nuestras formas de trabajar y documentar. En actuales (pero aún no publicados) estudios de las agencias del gobierno alemán, se calcula que cada tres años la inversión en el mantenimiento y la actualización técnica y visual de un proyecto digital común requiere de un mínimo de 10% de los fondos disponibles para el proyecto mismo. Repito: cada tres años un 10%. Es evidente que la gran mayoría de los proyectos que se encuentran en programas de financiamiento público a través de ministerios federales, fundaciones públicas o estímulos privados no incluye estos gastos en sus cálculos. En muchas ocasiones, ni siquiera se considera la tarea de actualización y mantenimiento como parte de sus objetivos. Es por ello que la era de la digitalización ha producido tantos proyectos insulares cuyas bases técnicas no se basan en estándares comunes sino en prácticas particulares.

En resumen: no solo necesitamos un archivo de larga duración para lo cual se requiere tanto una cultura técnica como una técnica cultural adecuada. Necesitamos también un desarrollo de larga duración implementado en nuestros proyectos digitales de edición, de colección y de interpretación.

El giro digital como translatio

La tarea de nuestros tiempos no es, por ende, una translatio imperii, es una continua translatio hereditatis. Implica transformar lo que se manifiesta en nuestras culturas en objetos y textos para disponer de ellos en el futuro. A través de siglos, hemos producido, usado y guardado legiones de libros, documentos, manuscritos, colecciones y catálogos en nuestros archivos, bibliotecas y museos. Ahora que los digitalizamos, nos damos cuenta (¿de nuevo?) de su riqueza, del orden (y desorden) en que están. Ahora que los digitalizamos, nos damos cuenta (¿de nuevo?) de nuestras culturas de saber, guardar y comprender. En gran medida, lo paradigmático de nuestros tiempos reside en darnos cuenta de este umbral y en comprender hasta qué grado cambia y cambiamos nuestros modos de percibir, comprender y recordar nuestra realidad. Con ello, cambia nuestra cultura de producción, de uso y de archivo.

Todo ello lo tenemos que considerar en los actuales y futuros proyectos de edición. Es un panorama de prácticas cambiantes que nos enfrenta con una situación de diversificación y ruptura que Alejandro de Humboldt, testigo y protagonista de otro tiempo umbral (un Sattelzeit, como lo llamaba Reinhart Koselleck), hubiera –seguramente– abordado con perseverancia y entusiasmo.

Bibliografía

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Recepción: 13.05.2015 Aceptación: 13.07.2015

1 Con ello solo se han calculado las versiones de lujo en formato grande (tamaño cuartilla y folio), es decir, sin incluir la publicación muchas veces simultánea de versiones económicas (octavo) de los mismos textos.

2 La compra fue realizada bajo el liderazgo del Ministerio Federal de Educación e Investigación, la Fundación del Patrimonio Cultural de Prussia, el Comisionado Federal para la Cultura y los Medios, la Fundación Cultural de los Estados Alemanes y la ciudad de Berlín, e incorporó financiamiento por parte de múltiples fundaciones públicas y privadas de Alemania, entre ellos las de Volkswagen, Siemens, Bosch, Würth, Reemtsma, Thyssen, Deutsche Bank y Gerda Henkel. Ver las declaraciones de prensa en http://www.bmbf.de/press/3579.php y http://staatsbibliothek-berlin.de/nc/aktuelles/presse/detail/article/2014–03–04–8013/.

3 Para mayor información sobre el programa y su filiación véase http://www.uni-potsdam.de/humboldtart y http://humboldt.staatsbibliothek-berlin.de.

4 Para mayor información sobre el proyecto y su filiación véase http://www.bbaw.de/avh-r.

5 Véase, por ejemplo, la excelente visión de conjunto “Mapping the Digital Humanities” en el blog de Silvia Gutiérrez, https://silviaegt.wordpress.com/2014/02/04/mapping-the-digital-humanities.

6 Para una visión conjunta de ediciones de gran calidad véase la lista comentada de Patrick Sahle en: http://www.digitale-edition.de/vlet_interesting.html