Este artículo sostiene que el modelo de la ecología urbana, tal y como fuera formulado por Burgess, Park y McKenzie, surge de un contexto político específicamente local, en una ciudad que había sido el lugar de años de intensa agitación política de reforma. Se muestra cómo el específico desarrollo del modelo será, a su vez, utilizado para intervenir en esa suerte de "laboratorio social de la nación", en la medida en que sus postulados van a contribuir a determinar las prioridades y dinámicas de la política pública de Chicago en las décadas siguientes a su publicación.